En esencia, se requiere un cambio en las capacidades técnicas y en el pensamiento operacional del periodista de investigación. La clásica metáfora del oficio tendría que cambiar de tener una caja de herramientas a manejar un equipo de laboratorio. “Los periodistas no necesitan aprender a programar, pero sí necesitan desarrollar mentalidad de datos masivos, de manera en que entiendan que los datos contienen historias que pueden quedar sin ser contadas”, dice el experto en Internet y catedrático de Oxford Víktor Schönberger.5 En la anterior gran revolución del periodismo -el llamado Nuevo Periodismo- se hablaba de las escenas, el diálogo y la perspectiva como las técnicas experimentales que habían cambiado la forma de contar buenas historias. La nueva artesanía incluye dominar suficientes conceptos para pensar en una redacción periodística como un taller de robótica: encriptar, scrapear, refinar, visualizar. Un metalenguaje para definir cómo manejamos los datos.
44% de los datos en el universo digital requiere algún tipo de protección, desde medidas de seguridad hasta criptografía, según IDC.
No son las aplicaciones ni el software los que definen el nuevo momento del periodismo, sino la posibilidad que nos ofrecen de encontrar respuestas a preguntas que antes parecían de ciencia ficción. “Los datos pueden revelar secretos a quienes tengan la humildad, el deseo y las herramientas para escuchar”, escribió Víktor Schönberger junto a Kenneth Cukier en el libro Big data, la revolución de los datos masivos. También en eso nos parecemos a los astrónomos: nos enfrentamos a un universo tan grande que exige mejorar nuestros instrumentos de un día para el otro.